La tierra es una especialidad que cada vez me gusta más. Es espectacular, hay menos gente y las fotos me gustan mucho. Y este año animados por las pruebas en Andalucía decidimos tirar camino a Guijuelo para ver otra prueba del campeonato de España de Tierra. Con la excusa de «hay poco más que cuando vamos al Villajoyosa…» hemos subido «la linde» de Despeñaperros a Los Pirineos. Así tras unas cuantas horas de coche aterrizamos en la provincicia de Salamanca con idea de pegar la noche en tienda de campaña y echar un día de gasolina, polvo y rallyes. Nos levantamos todavía de noche, recogemos los bártulos y tras coger las acreditaciones y echar un rato en el parque cerrado viendo las máquinas nos ponemos de camino hacia el primer tramo.
El primer tramo era un recorrido artificial de los que se ven ahora mucho en el campeonato y que la verdad son muy espectaculares y cómodos para ver. Le dimos una pasada con el coche todavía abierto (que bueno salió el Megane…) para ver donde nos pondríamos para ver las dos pasadas.
¡Y a disfrutar de las derrapadas y el espectáculo de la tierra!
Para la segunda pasada apenas nos movimos, la verdad que la zona era muy buena para disfrutar viendo los coches, con el pequeño inconveniente de que acabamos literalmente rebozados de tierra.
El segundo tramo que vimos era un recorrido más natural, uno de los carriles que discurrían entre fincas. En la primera pasada vimos una zona bacheada y rápida donde los coches ponían a prueba la suspensión.
Para la segunda pasada nos movimos un poco, buscando un cruce menos transitado, donde los coches al final llegaban demasiado parados tras una larga recta, pero no estuvo mal.
Y de los tramos de la tarde nos fuimos a ver la primera pasada de un tramo espectáculo, ya que nos quedaban por delante unas cuantas horas de camino y estábamos bastante cansados, así que perdonamos la segunda pasada y nos volvimos para Málaga más que satisfechos con el día de rallyes.
Un saludo y hasta la próxima entrada.